La familia tipo sigue siendo típica

Madre, padre y dos hijos es el retrato mayoritario, aunque ya hay más de cuatro millones de mujeres que se declaran jefas de hogar, incluyendo muchas que están casadas. Hogares de solos y un marcado descenso de la natalidad.

En la Argentina, a pesar de los avances notables que se han producido a partir del matrimonio igualitario y de políticas públicas tendientes a terminar con la discriminación, para dar a luz situaciones de hecho que antes permanecían ocultas en el closet, la “familia tipo” sigue teniendo la misma composición de allá por la década del sesenta: jefe de hogar varón, cónyuge mujer y no más de dos hijos. Los nuevos datos del Censo 2010, dados a conocer el viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), señalan que el hogar tipo en el país “es el Hogar Multipersonal Familiar”, dado que existen “9.901.235 hogares” que tienen esa composición.

 

Según la publicación del hoy del diario Página 12 dentro de esa categoría general “los más comunes son los hogares nucleares completos con hijos, con jefe varón, cónyuge mujer y un promedio de dos hijos”. Se trata, por lo general, de parejas cuyos integrantes, varón y mujer, tienen “entre 25 y 44 años de edad, mientras que los hijos tienen de cero a 13 años”. Lo que sí se observó como un avance importante, a pesar de que la Argentina es todavía una sociedad culturalmente machista, es la existencia de “más jefas de hogar en 2010” que en el Censo 2001. “En el total de hogares, se observa un incremento de la jefatura femenina de 7 puntos” respecto del Censo 2001.

 

Los datos corroboran que, en general, “las parejas tienen menos cantidad de hijos”, al punto que “aumentan significativamente los hogares de parejas con un hijo, en detrimento de los hogares con dos hijos y más”. En cuanto a la jefatura de hogar, en el informe se dice que “hay más mujeres que se declaran jefas”. Mientras que en el 2001 “existían 2.787.961 mujeres que se declaraban jefas, en la actualidad esa cifra creció a 4.157.041”. Lo que le aclararon a Página/12 Rubén Nijita, director nacional de Estadísticas de Población del Indec, y Roxana Cuevas, coordinadora de diseño conceptual del Censo 2010, es que las nuevas jefas de hogar “ya no son sólo aquellas personas separadas o viudas que viven solas o con sus hijos a cargo, sino también otras mujeres que viven en pareja y son las jefas del hogar”.

 

Otro dato importante, respecto de los “hogares” o “familias”, es el incremento de los “hogares unipersonales”. Del total de hogares censados en 2010, “los lugares donde vive una sola persona han crecido un 5,5 por ciento respecto de los datos reunidos en 2001, cuando el porcentaje era del 4,4 por ciento del total”. En este tipo de hogares “la mayoría son mujeres de 65 años, muchas de las cuales se han quedado viudas porque, como se sabe, la expectativa de vida de una mujer supera a la de los hombres”. Por lo general, los hogares unipersonales se encuentra con mayor frecuencia en las ciudades con más de 50 mil habitantes. “Esto se da en un marco en el cual ha crecido el nivel de envejecimiento que se da en las grandes capitales”, señala Nijita.

 

Respecto del incremento de las jefas de hogar, los datos indican que en 2001 los hombres que asumían esa condición sumaban el 56,7 por ciento, mientras que ahora bajaron al 54,4, mientras que las mujeres, en los mismos años, pasaron del 43,3 al 45,6 por ciento. De todos modos, en este punto, Roxana Cuevas cree que todavía “pesan las pautas culturales machistas” que llevan a los hombres a declararse, frente al censista, como el jefe del hogar. “Si bien nosotros, cuando hicimos el censo, no fuimos con ninguna definición como ser que el jefe era el que ganaba más plata o cosas por el estilo, es cierto que todavía siguen vigentes patrones culturales ancestrales machistas”, lo que llevaría a pensar que el porcentaje de las mujeres-jefas de hogar podría ser mayor, en los hechos, incluso entre que viven en pareja y no son viudas ni separadas.

 

Cuevas reconoce, de todos modos, que se están dando “algunos cambios importantes en esas pautas culturales y el mismo hombre va admitiendo una realidad que indica que la presencia de la mujer ha crecido notablemente en el trabajo, en la actividad fuera del hogar más allá de lo laboral, en lo que respecta a su cuerpo y a su desa-rrollo en todos los sentidos”. La jefatura femenina creció porque hay “una mayor democratización de las relaciones sociales, las mujeres salen al mercado laboral mucho más que antes y a veces ganan más dinero que el marido”.

 

En cuanto a los hijos, Cuevas y Nijita coincidieron en que hay “una tendencia creciente, en las parejas jóvenes, a tener un solo hijo, ni siquiera dos”. Nijita afirma que esa tendencia se observa sobre todo en las grandes ciudades, como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán o Mendoza”, mientras que en las localidades más pequeñas y alejadas de los centros urbanos, hay familias que tienen más de dos hijos. Sobre los hogares unipersonales, Nijita aporta como dato que el 40 por ciento de las personas que viven solas son mujeres mayores “de 65 años o más”. En general predominan las mujeres que viven en soledad, ya que ellas totalizan el 72 por ciento de los casos censados en 2010, mientras que los hombres llegan sólo al 28 por ciento.

 

Otra situación que ha crecido es la de los hogares que tienen “un solo hogar”, es decir donde vive un grupo familiar tipo integrado por la pareja y los hijos. “De todos modos –dice Cuevas– existen todavía las familias al estilo italiano, donde están el papá, la mamá, los hijos, los abuelos o abuelas, los yernos o nueras, esto que llamamos los hogares extendidos. Esas situaciones, por lo general, crecen notablemente en épocas de crisis, donde las parejas se ven obligadas a quedarse a vivir en casa de sus padres o parientes cercanos porque no tienen posibilidad de formar un hogar propio. Ahora hay menos casos, pero igual subsisten.”

 

Hacia el futuro, de acuerdo con lo que ha surgido del Censo 2010, lo que se puede prever, entre otras cosas, es la presencia de “la pareja más chica”, es decir “la existencia, en el 2020, de parejas solas, añosas, sin hijos, que se juntan para compartir su vida, pero no quieren tener hijos. Las mujeres jóvenes, de alrededor de 20 años, desean tener hijos, pero si pasan los 30 y pico, suelen cambiar de idea y eso es algo que se está notando como tendencia”.

 

Cuevas, nacida en Tucumán, considera necesaria hacer una aclaración respecto de las cifras que indican que hay más mujeres que hombres formando parejas convivientes del mismo sexo. “Los registros indican eso, pero también es cierto que se advierte, por ejemplo, que la mayoría de los hombres que admitieron vivir en pareja con otros hombres son personas que viven en la ciudad de Buenos Aires, mientras que las cifras bajan en las principales ciudades de las distintas provincias”. Desliza, pero “sólo como hipótesis”, que eso no quiere decir, en forma contundente, que “haya más lesbianas que hombres gay”.

 

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