Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line
Dos semanas después de las elecciones legislativas, la efervescencia opositora se vio opacada por la vigencia plena de la ley de Medios tras el fallo de la Corte que la declaró constitucional. La agenda, hasta el 27 de octubre marcada por sucesivos embates opositores, se transformó en una encendida defensa de la concentración de la palabra en manos del principal grupo mediático del país y sorprendentes balbuceos de los dirigentes que son allí bien tratados, para intentar defenderlo sin caer demasiado bajo.
En ese escenario, el Gobierno recuperó iniciativa y aire aun en la orfandad de la conducción por el obligado reposo presidencial. El sabor amargo del resultado de las urnas fue superado rápidamente por el nuevo escenario que obliga a la oposición -política y mediática- a actuar a las apuradas y eso siempre termina en errores que pueden ser capitalizados.
Victoria en el escritorio judicial que ahora debe transformarse en una verdadera democratización. Más allá del tiempo que se demore en adecuar al grupo Clarín, la ley de Medios es mucho más que desguazar ese monopolio y los funcionarios, con Martín Sabatella a la cabeza, deben entender esa sutil diferencia. El interior espera los beneficios de una norma que no sólo ampliará las voces sino que puede crear miles de puestos de trabajo. Hasta ahora no se pudo por la traba fundamental impuesta por la paciencia judicial, pero si no hay concreciones en corto plazo, la victoria puede rápidamente convertirse en más voces en contra.
Ahora, con la presidenta Cristina Fernández dada de alta, se espera que en los próximos días se anuncien medidas políticas y económicas que impacten en los sectores que más reacios estuvieron hacia el Gobierno. La inflación es un problema central aunque sea mirado con condescendencia y hasta ahora ningún control de precios o funcionario ha dado en la tecla de la solución. Es un problema de magnitud, que está haciendo mella en la solidez de los respaldos políticos de aliados históricos. Claramente, hay que sincerar la situación y buscarle un remedio eficaz, al igual que la relación del peso con el dólar, que provoca pérdidas colosales al Banco Central, herramienta fundamental para el funcionamiento del modelo.
Una década después puede decirse que el modelo ha transformado a la Argentina, pero todavía hay heridas abiertas y nadie debe darse por conformado. El país se ha erigido como un faro y ejemplo de métodos para salir de una crisis, pero al mismo tiempo, ahora es mirado con lupa por los problemas sin resolver.
Nadie puede poner en discusión que el país está mejor que hace diez años y hasta la oposición corrió las críticas de temas sensibles como la pobreza o el desempleo para hacer foco en las denuncias de corrupción o el desempeño de tal o cuál funcionario.
La pobreza se redujo drásticamente y el desempleo hoy está en niveles ínfimos. El contraste es incluso mayor si se refleja en los padecimientos de los países del «primer mundo» a los que tanto se busca parecer. España, Grecia, Italia, Francia y ahora en menor medida Estados Unidos, sufren de elevados indicadores de pobreza y desempleo y amplísima desigualdad.
Un artículo del diario El País de España -lejos de ser calificado de «progresista»- indica que la larga recesión de ese país en los últimos años no ha impedido que la cifra de personas que disponen de al menos 25 millones de euros en efectivo haya crecido siete por ciento sólo durante el último año, hasta llegar a las 1.625. Estas fortunas atesoran unos 162.000 millones de euros y se concentran principalmente en Madrid, donde tienen su residencia 1.135 multimillonarios, también un 7% más que hace un año, según el segundo informe sobre el censo mundial de multimillonarios elaborado por la consultora en gestión de patrimonios Wealth-X y el banco suizo USB.
A nivel mundial, la población con rentas superiores a los mil millones de dólares (740 millones de euros) se incrementó 0,5% entre julio del 2012 y julio del 2013, hasta alcanzar las 2.170 personas. Los miembros de este selecto club suman en conjunto una fortuna que supera los 6.500 billones de dólares. Unos remanentes que superan el PIB de todos los países del mundo, a excepción de China y Estados Unidos, aunque sería suficiente para financiar el déficit presupuestario del país norteamericano hasta el año 2024.
Es decir que la crisis financiera mundial no parece haber afectado a las grandes fortunas del planeta, sino que la pagaron los asalariados, con brutales transferencias de recursos y pérdida de empleo para garantizar la supervivencia del sistema financiero que paradójicamente, es el virus que generó la enfermedad.
En Argentina en los últimos diez años hubo varias medidas de contención social inéditas que se tradujeron en una mayor igualdad gracias a un robustecimiento del mercado de trabajo con más empleo y subas salariales periódicas, y las reformas en la seguridad social como la Asignación Universal por Hijo, la moratoria previsional y la movilidad jubilatoria. Pero se sigue discutiendo por cuántos dólares se pueden llevar en la valija para gastar en el exterior. Pasado el ruido electoral, de todos modos, hay que hacer notar que la protesta convocada en contra de las políticas oficiales tuvo menos convocatoria que las histéricas fans del cantante pop juvenil Justin Bieber.
La suerte política del Gobierno dependerá de qué haga en los próximos dos años para solucionar esas deudas pendientes y que no se conviertan en problemas estructurales. Será esa la clave para la supervivencia del modelo y no quienes anticipadamente se prueban trajes presidenciales. Queda mucho camino por recorrer y así como Sergio Massa es hoy un referente opositor que puede pasar desapercibido en los próximos meses, en el oficialismo varios dirigentes harían bien en guardarse sus pretensiones y dedicarse a la gestión que les fue encomendada. Ponerle ya «competidores» a la pretensión de Daniel Scioli de ser el próximo presidente es no haber entendido el mensaje electoral.
No se le quita méritos a lo logrado por el kirchnerismo, pero al haber elevado el piso social, las demandas también se diferencian. Si hace diez años se protestaba por el cierre de fábricas, el desempleo y la pobreza, ahora los reclamos han cambiado y deben ser atendidos en consonancia.
No hay que ir demasiado lejos para encontrar un ejemplo. Brasil, con una formidable inclusión que elevó a la clase media a 40 millones de personas, se levantó un día con una ola de protestas que encontraron distraída a la dirigencia. No salieron a la calle por trabajo o comida, sino por el acceso a mejores servicios y en contra de los excesivos gastos destinados a la organización del mundial de fútbol cuando todavía hay extensas regiones del país que carecen de infraestructura básica.
En Argentina ocurre algo similar. Miles de empleos creados, millones de personas en mejores condiciones sociales, pero todavía enormes porciones del territorio sin los mismos servicios que Buenos Aires o las principales ciudades. El gasoducto del NEA es una muestra, al igual que rutas, viviendas o redes de agua y cloacas en cientos de ciudades del interior profundo.
En Misiones el mensaje fue claro. Respaldo al rumbo en junio y octubre, pero también más presencia opositora. Nuevamente la sociedad dejó señales que deben ser bien leídas.
Hay una conformidad con el proyecto misionerista que cumplió una década, pero al mismo tiempo, se alzan críticas sobre problemas coyunturales que se emparentan con los nacionales, pero que también se sienten en la falta de resolución de problemas cotidianos, con funcionarios más cómodos en sus oficinas que en el cara a cara con el vecino.
El gobernador Maurice Closs fue el primero en tomar nota y lo reconoció en uno de los actos realizados en Andresito el viernes. «Tratamos de hacer actos muy cercanos, con un protocolo cada vez más acotado, con nosotros cerca de la gente, en definitiva hay que evitar marcar las distancias entre quienes tenemos el rol de gobernar y quienes son nuestros mandantes, porque ustedes son los que nos otorgan el poder», precisó.
Closs entiende que una de las bases del respaldo social ha sido la gestión, con hitos que perdurarán en el tiempo como la decisión de construir escuelas secundarias en cada uno de los pueblos. Esas 200 escuelas creadas en los últimos años cobijan hoy a más de 30 mil chicos que probablemente no hubieran tenido lugar o habrían tenido que emigrar de sus pueblos para tener acceso. Esas escuelas multiplican las posibilidades de desarrollo de estos adolescentes y expande la igualdad de oportunidades entre los que más y menos tienen. Al mismo tiempo, el Gobernador reveló que otro de los efectos de la multiplicidad de nuevas escuelas es haber colocado a la educación como uno de los principales sectores creadores de empleo en Misiones.
Es decisión tomada que el acceso es apenas un eslabón de la educación. Esta semana comenzaron a regir los cambios en el sistema de promoción en la secundaria que apuntan a contener a los chicos en el sistema. Se podrá pasar con tres previas, promocionar materias con un promedio de seis sin necesidad de sacar esa nota en el último trimestre y pedir mesas especiales en cualquier fecha del año, además de establecer exámenes a libro abierto, con la presentación de ensayos u otras herramientas que acuerde el docente. Las medidas abrieron una polémica por las facilidades que se le dan al estudiante, pero sin dudas permitirán que los jóvenes sigan en la escuela y eso, a la larga, es el mejor resultado.
El Gobernador tuvo un encuentro de trascendental importancia. El miércoles en el Vaticano dialogó con el Papa Francisco sobre las Misiones Jesuíticas a las que invitó a visitar en su venida a la Argentina, prevista para 2015 o 2016. En el encuentro en Roma, Closs le entregó varios obsequios misioneros, entre los que se destacó un cuadro de Carlos Miranda del prócer misionero Andresito Guacurarí, con una mirada cargada de rebeldía y determinación.
Esa misma determinación es la que identifica hoy a Misiones como modelo político. La Renovación hizo del misionerismo su emblema y marca diferencias a la hora de defender lo propio. Esa coincidencia se mantiene en el tiempo y fue ratificada por el Gobernador y el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, aunque ambos muestren miradas distintas sobre la coyuntura.
Un reclamo coincidente al aliado nacional es reconocer a la inflación como un problema acuciante. «La inflación es un dato real de la economía. Si yo pacto aumentos con el sector público de 25 por ciento por lo menos, y en el sector privado lo mismo, y la inflación fuera del 10 por ciento, la gente debería ir con los bolsillos cargados de dinero», sinceró Closs, quien al mismo tiempo defendió el valor de la yerba mate en las góndolas de supermercados porteños que superó los 30 pesos el kilo. «Me llamaron algunos medios porque la yerba vale 30 pesos, dicen que vale mucha plata. Y en algún momento de la charla, dije que estuvo muy barata mucho tiempo y el control de precios hizo que muchos abandonen sus yerbales. Ya salieron a decir que me peleo con Moreno (el secretario de Comercio Interior). Pero no me peleo con Moreno. Tenemos la capacidad de poder disentir. Mi rol es defender a los misioneros y no me asusta que la yerba valga 30 pesos en Buenos Aires. Que paguen, porque viene un mejor ingreso para el productor y el trabajador rural, para el comerciante, el intendente que necesita cobrar los impuestos. No es en detrimento de un funcionario o de la política, sino de la defensa de nuestro producto tradicional, que fue el oro verde y también elemento de muchas penurias y sufrimientos», sentenció.
Los datos que señala Closs sobre la inflación coinciden con los que maneja el Instituto Provincial de Estadística y Censos -por ahora sin darse a conocer oficialmente- y con los que hizo públicos el radicalismo, que pretende replicar en Misiones la «inflación Congreso», instaurada por la oposición nacional. Los datos de la UCR indican una inflación anual del 27 por ciento en Posadas, medida casi artesanalmente con algunos productos en los principales comercios y supermercados capitalinos.
Rovira también puso el foco en las deudas pendientes de la Nación y mostró su insatisfacción por la molesta inflación, insoportable para los sectores más bajos que no logran despegarse del piso de la pobreza.
En un encuentro con los parlamentarios que se despiden de sus bancas, Rovira destacó la armonía alcanzada en los últimos años con las oposiciones en la Cámara de Diputados, en contraste con el clima de beligerancia en el Congreso nacional. En un recorrido por el río Paraná en el catamarán Mburucuyá Conection, Luis Pastori, Claudio Wipplinger, Héctor Bárbaro, Adolfo Pischik, Blanca Acosta y Pablo Tschirsch, presidentes de los bloques de las oposiciones, coincidieron en rescatar ese clima aunque muchas veces sus proyectos fueron obviados.
Las oposiciones tienen mucho trabajo por delante. Incluso más que en el oficialismo, que ya tiene una propuesta consolidada que fue sometida a diversos test políticos en la última década. Pero en partidos como el radicalismo o el justicialismo, justamente estos diez años han marcado una profunda crisis de la que lejos están de salir indemnes. El radicalismo, aún festejando su crecimiento electoral, admite que carece de un plan político y económico que ofrecer a la sociedad en 2015, año en que se deberá elegir al próximo gobernador. Además, deberá sortear un intenso debate interno que se avecina, que va más allá del recambio generacional que se espera conseguir. Hay dirigentes, como los diputados electos María Losada o Hugo Escalada, que pretenden definir un perfil ideológico del partido que esté mucho más cerca de las reivindicaciones sociales que de las corporaciones a las que se arriman el diputado nacional Luis Pastori o el eldoradense Gustavo González. Incluso, encuentran más coincidencias con algunas medidas del Gobierno que con las críticas de su propio partido. “La UCR tiene el gran desafío de saber como Gobierno qué vamos a priorizar. Nos hemos acostumbrado a ver qué nos gustaba o que no de lo que estaba. Hoy nos preguntamos para quiénes vamos a gobernar, a qué sector vamos a tener como ponderarte en la política que implementemos y a quién le vamos a pedir un esfuerzo”, admitió Losada.
En lo mismo coincide Claudio Wipplinger, de Trabajo y Progreso, que hace un tiempo asomaba como el espacio opositor emergente y ahora perdió peso específico. «Deberemos trabajar mucho para convencer a la sociedad de que tenemos una propuesta sólida», admitió el legislador que consiguió su reelección.
En el Frente para la Victoria la situación es más compleja. Antes y después de las elecciones, el partido Justicialista apenas sumó espasmódicas reacciones de sus dirigentes que lejos están de representar una opción para Misiones. Apariciones en medios o a través de las redes sociales no alcanzan para seducir a una sociedad que cada día está más lejos de las partidocracias y más exigente con las respuestas a sus necesidades más urgentes.
La sede partidaria está de remate por una deuda cercana a los 200 mil pesos y la incertidumbre embarga también a sus principales referentes. La conducción formal sigue en manos de Juan Manuel Irrazábal, pero nadie lo vio durante la campaña y menos para explicar los magros resultados. El frustrado candidato a diputado nacional Juan Carlos Ríos funge de conductor y promovió una autocrítica con los propios militantes, que fue rechazada por los demás dirigentes.
Ríos entiende que sólo el diálogo con todos los sectores del peronismo permitirá al menos una recuperación, pero hasta ahora esa posibilidad está lejana. Incluso duda que haya tiempo para concretar las anheladas internas y advierte que sin debate interno, apenas será una formalidad. El intendente de Campo Viera no descartó abrir el diálogo con Ramón Puerta pensando en 2015. Es que los 90 mil votos del saliente diputado nacional más los 50 mil alcanzados por el PJ, sumados, pueden representar varias bancas en la Legislatura, aunque no se alcance el Poder Ejecutivo.
