FCF propone al Inase avanzar en la certificación de semillas de nativas

La responsable del Laboratorio de Semillas de la Facultad de Ciencias Forestales de la Unam, Beatriz Eibl, se refirió a la propuesta presentada al Instituto Nacional de Semillas para avanzar en la discusión de un sistema voluntario.

La Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (FCF-Unam) cuenta con un Laboratorio de Semillas, un Banco Regional de Semillas y Vivero Experimental de Nativas, a cargo de las profesoras Ing. Ftal. MSc. Beatriz Eibl y Lic. MSc. Mónica Otegui.

A fin de año propusieron al Instituto Nacional de Semillas (Inase) que «nos ayuden a identificar de qué manera certificar semillas nativas y que la certificación sea un paso hacia la organización y al beneficio mutuo», dijo Eibl.                                                       

La Facultad de Ciencias Forestales se encuentra en condiciones de avanzar en este proceso, ya que cuenta actualmente con un equipo técnico que asesora en el registro de árboles y áreas semilleras; tiene profesionales capacitados en la identificación de especies objeto de registro; cuenta con un laboratorio de análisis de calidad de semillas inscripto en el Registro Nacional de Comercio y Fiscalización de Semillas como laboratorio perteneciente a la Red de laboratorios habilitados a nivel nacional y Mercosur (Registro N° I3578), en el que se realizan trabajos de análisis de calidad de semillas e investigación en materiales poco conocidos de la flora nativa misionera, así como en la determinación de protocolos para determinar la calidad de especies nativas.                 

Además, tienen un Banco Regional de Semillas de especies nativas que genera la información necesaria para el acondicionamiento y almacenamiento de especies nativas atendiendo a su viabilidad.

En ese marco, Eibl sostuvo que son muchas las ventajas que se obtendrían con el sistema, en general y en particular. «En general, el sistema permitiría que el propietario de una reserva cuente con un área de conservación registrado y coloque en el mercado material de propagación certificado por origen o procedencia (se conoce y certifica la fuente). Las semillas son de fuente certificada de la clase identificada», explicó.             

«Una muestra de semillas se  envía a un laboratorio de calidad de semillas para el análisis de calidad y el Propietario o intermediario, podrá colocar en el mercado semillas de calidad con pureza, y poder germinativo conocido», graficó.            

O también, un vivero que compra semillas certificadas dispone de plantas certificadas. Además, una plantación con especies nativas certificadas desde su semilla agrega valor al proyecto productivo y/o de restauración.

Con respecto a los beneficios particulares, dijo que:

*Certifica Origen y/o Procedencia esto permite realizar un seguimiento del material en campo para identificar las mejores fuentes.

*Certifica Identidad de la especie y Calidad en germinación y pureza del lote de semillas, con el rotulo.

*Establece derechos y obligaciones de comprador y vendedor.

*La diversidad de la selva ingresa en un circuito de Valorización económica.

*Árboles semilleros y áreas,  agregarían valor ambiental a la Reserva Privada. 

*Organizar las cosechas con equipos y personal capacitado.

*La participación del Propietario o Red de Semilleros en listados de especies de disponibilidad Publica , que facilita la ubicación de los árboles (accesos en acuerdo con el  Propietario)

*Fuente de semillas de origen conocido, para Conservación ex situ en banco de semillas, y formación de áreas productoras de semillas APS.

*Fuente de material de propagación de origen conocido  para investigación en ensayos en domesticación de especies.

Estrategias de conservación 

«La Selva Misionera comparte una biodiversidad única entre Argentina, Paraguay y Brasil, y la certificación de semillas conlleva a una serie de ventajas, generales o particulares, pero principalmente  el sistema nos permitiría pensar en forma global en las estrategias de conservación para el conjunto de las especies y plantaciones  productivas si estamos trabajando en un sistema de certificación desde la fuente (áreas semilleras) y el material de propagación de las especies nativas (semillas, estacas, yemas, raíces, polen, plantas)», explicó Beatriz Eibl.

Para fines comerciales o investigación con material vegetal, dijo que  “la certificación, facilita, promueve y posibilita el intercambio de material de propagación”.

Misiones, con el 1% de la superficie total del país, alberga casi el 40% de la biodiversidad vegetal. “Si bien aún queda algo menos del 50% del bosque original, la continua substitución de selva a otros usos puede conducir a una situación límite e irreversible para la biodiversidad», explicó Eibl.

Entre las especies afectadas por la deforestación se encuentran las consideradas comercialmente o potencialmente aptas y las de alto valor ecológico, donde además todos los componentes de la biodiversidad son indispensables para el mantenimiento de la dinámica de los bosques nativos y su evolución en el tiempo para adecuarse a los cambios ambientales. «La selva misionera sufre un proceso de aprovechamiento de extracción de algunas especies de valor comercial y la fragmentación de las poblaciones naturales, que conduce indefectiblemente a la erosión genética y por ende a la disminución de la variabilidad genética de todo el conjunto», advirtió.


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