Gómez de Maio: «En 20 años en Misiones vamos a tener una población de idiotas»

El jefe de cirugía del Hospital de Pediatría presentó los datos de una investigación realizada con menores de un año. Demuestra serias falencias intelectuales. Afirma que optimizando el gasto del presupuesto en salud destinado a la gente podría llegar a cerrarse el ministerio de Salud Pública. Consideró que actualmente es una gran estructura que «no sirve absolutamente para nada». El jefe del Servicio de Cirugía del Hospital de Pediatría, Hugo Néstor Gómez Demaio, presagia un oscuro futuro para la población de la provincia si es que el Estado no garantiza una alimentación rica en proteínas al 30 % de la población inmersa en la pobreza estructural «Nosotros pensamos que para tener dentro de cinco, diez o veinte años una Misiones con habitantes que sepan pensar, definir y defender lo que quieren, tienen que tener salud y una alimentación proteíca porque o sino vamos a tener una población de idiotas» sentenció el reconocido pediatra que desde hace muchos años desempaña funciones en el hospital público. Además, basado en los conocimiento de la estructura sanitaria estatal, aseguró que el presupuesto destinado a la salud en la provincia está mal disribuido. Anunció que tiene un plan que, bien aplicado, permitiría cuadriplicar el presupuesto per cápita y hasta cerrar el Ministerio de Salud Pública «que no sirve absolutamente para nada». «El ser humano tiene capacidad de cruzar información entre dos sentidos, por ejemplo entre el tacto y la vista», dijo el médico para disparar el relato en el que contó que junto a su equipo de trabajo hace un tiempo realizó una investigación en Colonia Alicia. Seguidamente detalló que se puso en práctica un experimento que diseñó un científico japonés, que consiste en ponerle a un chico menos de un año un objeto para que lo toque y luego se le muestra en un teatrito. Un chico normal, continuó, mira el objeto que tocó y lo reconoce al verlo pero lo desecha como conocido por lo que queda mirando a las otras figuras que son desconocidas. Esto se aprobó en el hospital de Pediatría y también en Colonia Alicia donde fueron examinados 64 chicos. «Ninguno de ellos lo aprobó, esto quiere decir que estamos teniendo una generación de niños que van a ser idiotas para siempre«, se alarmó el galeno. Quizá para el lector no especializado este dato no está muy claro. Entonces Gómez de Maio se ocupó de echar algo de luz. «La idiotez y el cretinismo son formas de retraso mental» dijo e inmediatamente añadió «esto es mucho más grave que lo que fuimos a buscar, es decir que si los agroquímicos determinaban una lesión en el sistema nervioso central que era la falla en el cierre del tubo neural». Preocupado, de Maio observó «parece que eso que nosotros veíamos es la punta del iceberg. Pero hay una cosa mucho más importante que es la incapacidad de aprender que están determinando probablemente la desnutrición y los agroquímicos en esta población rural. Lo que nos va a llevar a que o los protegemos o tendremos una población que no sabrá que elegir y que tiene hacer para su provincia«. Categórico, el profesional acotó en una entrevista concedida a Radio A «por supuesto que hay muchos políticos que eso es lo que pretenden» porque según consideró «no hay casualidades en la desnutrición de pueblos enteros».

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