Ana Wilke lleva 17años en la venta de sus propias artesanías.
Fue durante una madrugada de tormenta y lluvia, cuando vándalos violentaron los baúles donde los artesanos resguardan sus materiales y productos en el Paseo Bosseti y se llevaron toda su mercadería, o rompieron algunas artesanías y las dejaron abandonadas en las inmediaciones del paseo. El Municipio posadeño salió a ayudarlos con subsidios a unos doce emprendedores afectados por estos hechos. Ahora, «volver a empezar», como dice la canción de Julio Lener. Ana Wilke es una artesana con una experiencia en el rubro de hace 17 años, anteriormente tenía un stand con sus colegas en la plaza 9 de Julio, donde «se vendía al paso porque hay cuatro hoteles en los alrededores», y «acá en el Paseo el gobierno municipal nos dio todas las comodidades y estamos esperando a los turistas de la Semana Santa», dijo sonriendo. Aunque reconoció que la diferencia en la venta la hacen un poco más los fines de semana en la Costanera, «pero también depende de la economía de la gente».
Audio Ana Wilke habla de la variedad de las artesanías que realiza.
El hecho vandálico ocurrió el pasado 15 de marzo. Pocos días después, en una reunión los pequeños emprendedores que comercializan sus productos en el Paseo Bossetti, tuvieron un encuentro con el secretario de Cultura y Turismo, José María Arrúa y el director General de Cultura, Víctor Cáceres. Allí se les hizo saber que los compensarían.
Wilke cuenta que las artesanías que vende son producto del trabajo familiar, donde participa el esposo y una hija. Para ello utiliza materiales de los recursos naturales de la zona como madera, semillas, hilos, piedras preciosas Hematite, plumas, lianas de ysipó y así por ejemplo con esta última elabora los Atrapasueños, pulseras de hilo, llamadores de tacuara, portalámparas, mates, ceniceros, rosarios de un metro para pared, entre otros productos.
Trabaja con su familia, el esposo utiliza una máquina para hacer todo lo que sea de madera, y una de las hijas pinta y decora. En madera hacen portallaves, recuerdos en forma de corazón con inscripciones, porta mate con yerberos y azucareros, llaveros calados con nombres y ceniceros.
La mayoría de las artesanías está orientada a los turistas pero respecto a los precios, la artesana dice que trata de mantenerlos para dar posibilidad a que también puedan comprar los misioneros.
Por ejemplo un portasahumerio de tacuara con piedras y Parsecs ( masilla expoxi artesano, que es un material que se endurece y no se rompe) cuesta 20 pesos; llaveros a 10 pesos; portalámparas caladas con formas de flores, para colgar en el techo a 50 pesos; rosarios de pared de un metro con semillas de árboles nativos 50 pesos; mates a 20 pesos, 30 pesos, y 50 pesos los triples que incluyen yerbero y azucarero, pintados y decorados.
Los Atrapasueños son adminículos que están muy de moda para la casa, según la creencia popular, su función consiste en filtrar los sueños de las personas, dejando pasar sólo los sueños y visiones positivas; los sueños que no se recuerdan son los que bajan lentamente por las plumas. El aro está hecho de liana ysipó y del cual penden plumas teñidas de diversos colores, cuestan desde 10 pesos, 20 pesos, 30 y 40 pesos.
En artesanías de hilos hay collares desde 10, 15 y 20 pesos, según el trabajo que tengan; collares de hematites a 30 pesos; anillos desde 15 a 20 pesos; pulseras a ocho pesos; pulseras con madera y enhebrado; manitos para la abundancia a diez pesos; pulseras de alpaca a 50 pesos; hebillas de cuero para el cabello con sujetador de madera para rodete, a 20 pesos.
