Veranear en Misiones es una opción accesible a todos

El Zoo Bal Park de Montecarlo, un clásico de más de 30 años. Más de 70 especies de distintos puntos del planeta conviven en uno de los espacios de reserva de animales con historia y un protagonismo único en la historia de la Provincia. En este mes ya recibió más de 2 mil visitas.

Medio rengo pero con un porte inigualable, Federico Kruse, propietario del Zoo Bal Park en la localidad de Montecarlo, dialogó con Misiones On Line sobre sus logros y el trabajo de toda una vida. En la actualidad el espacio cuenta con una superficie cubierta de seis hectáreas y contiene a más de 70 especies haciendo un total de 300 animales. De ida o de regreso a las Cataratas se erige como el lugar obligado para que grandes y chicos puedan deleitarse con algo de la tan variada fauna que nos ofrece la naturaleza.

«La gente viene y se va muy contenta porque nosotros tratamos de darle todas las comodidades para su estadía. Si bien no pueden acampar tienen espacio suficiente y asadores para disfrutar de una jornada al aire libre», sostuvo el hombre.

El trabajo que comenzó como un emprendimiento familiar allá por 1946, apuesta fuerte de una familia de inmigrantes europeos, tomó forma de paseo recién el 15 de julio de 1979.

Kruse contó que en un primer momento encausó el lago y después fue contruyendo las jaulas y las piletas.

«En 1979 fuimos autorizados como parque por el Gobierno de facto y luego aprobado por la Cámara de Diputados. De todas maneras recibimos apoyo y críticas porque hay personas que no les agradaba la idea de los animales pero nuestro criterio siempre fue de cuidar y dar vida a estos interesantes seres», añadió.

Por estos días, al trabajo de toda una vida de Federico, se le suman sus nietos que colaboran con la parte de mantenimiento, alimentación y atención al público.

El lugar insume mucha dedicación, dado que todos los días se limpian las jaulas y se alimenta los animales.

Por día el gasto promedio es de 300 pesos lo que hace un total de 10 mil pesos por mes.

Décadas atrás los leones y animales de gran porte se alimentaban de carne vacuna pero con los altos costos desde hace un par de años se los alimenta con cabezas de vaca y alimentos balanceados.

A esto se le suma el control de veterinarios que regularmente atienden a los animales. «La verdad es que estamos muy conformes y seguimos trabajando. Tengo que agradecer al ex gobernador Carlos Rovira quien me hizo asfaltar el ingreso desde la ruta y eso fue una pedido que después de muchos años tuvo eco. Ahora lo que le transmitimos al señor Maurice Closs es que necesitamos un yaguareté. La cuestión es que hay un señor en esta localidad que los tiene pero en jaulas chicas y para ofrecerle más espacios nosotros construimos unas nuevas de 50 metros cuadrados», explicó. La disputa por la tenencia de este tipo de felinos es una de las cuestiones que genera controversia con los responsables del Ministerio de Ecología de la Provincia que en su afán de preservarlos exige criterios extrictos dado que es un animal protegido por leyes nacionales e instituciones ecológicas.

Pero al atractivo de una gran cantidad de expecies de distintas regiones de nuestro país y el mundo, Montecarlo ofrece otra alternativa a la vera del Paraná en el Club de Pesca. Bajo la coordinación de Mario Galeano y sus dos hijas Zulma y Nora Romero, el espacio se convierte en un lugar único donde los amantes de la pesca pueden despuntar el vicio y hasta, si la suerte los acompaña, llevarse un pacú o un dorado.

«Nosotros tenemos una playa que no está habilitada pero dentro del club tenemos todos los servicios. A los socios se les brinda un quincho con asador. Los no socios pueden ingresar abonando un módico precio. En lo que va del año ya nos visitaron cerca de cuatro mil personas, número que se incrementa los fines de semana», contó Zulma.

La oferta gastronómica es interesante, con una variedad de pescados y platos tradicionales. Los visitantes suelen sacar dorados, bogas, pacús y surubís. El Club está abierto de lunes a domingo a partir de las 8 hasta la medianoche. Los que deseen acercarse a este privilegiado lugar desde donde se puede observar la isla Caraguataí pueden hacerlo ingresando por la avenida principal (avenida Libertador).

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