Brasil se metió sin sufrir en los octavos de final

El conjunto dirigido por Dunga venció a los africanos por 3 a 1 con goles de Luis Fabiano -2- y Elano. Descontó Drogba. Sobre el final del partido, expulsaron a Kaká

Se presumía como un partido difícil en el “grupo de la muerte”, pero Brasil liquidó a Costa de Marfil sin despeinarse, sin poner cuarta y sin sufrir. ¿Brilló? Sólo por momentos, pero fue contundente, efectivo e inteligente para dejar atrás a un rival tímido, que le tuvo demasiado respeto y que jugó con el freno de mano puesto. Fue 3-1 y la verdeamarela está en octavos.   
Muy poco hicieron ambos en la primera parte. El conjunto africano se paró bien adelante para buscar los tres puntos, pero los sudamericanos avisaron al minuto con una contra y un disparo de Robinho que se fue cerca del travesaño. La iniciativa la tuvieron los dirigidos por Eriksson, aunque desde el comienzo mostraron lentitud, tibieza y poca imaginación para quebrar al rival.
Por eso el equipo de Dunga se sintió cómodo y espero bien parado atrás para aprovechar la velocidad de sus laterales en las contras y la picardía de sus atacantes. Justamente, en una maniobra aislada se abrió el marcador. A los 24, Luis Fabiano tiró un taco fuera del área para Kaká, este se la devolvió y el delantero de Sevilla le reventó el arco a Barry.
Con el resultado a favor, los brasileños manejaron la pelota y la hicieron correr sin crear jugadas de peligro, mientras que los marfileños, cuando la tuvieron, no lograron complicar a Lucio y compañía y se quedaron en pases intrascendentes -Drogba pasó desapercibido-. Como a lo largo del ciclo de Dunga, Brasil no se sonrojó a la hora de meter gente atrás.
Costa de Marfil no reaccionó en el arranque del complemento y Brasil lo liquidó a los 5 minutos con uno de los goles más lindos y más polémicos del Mundial. Luis Fabiano saltó a pelear una pelota y la bajó con la mano, encaró, tiró dos sombreros fabulosos, la volvió a acomodar con el brazo izquierdo y clavó el 2-0 con un potente zurdazo.
A los 16, Kaká le quemó las manos a Barry y en la siguiente, el volante de Real Madrid tiró el centro atrás y Elano sólo la tuvo que empujar. Con el 3-0, Brasil comenzó a tocar, tiró lujos y se cansó de recibir patadas. Y sufrió por la expulsión de Kaká por un topetazo.    
Antes, a los 34, cuando parecía que los africanos habían bajado los brazos, llegó un centro desde la izquierda y Drogba, descontó de cabeza. Pero la historia estaba escrita. Brasil pasó a octavos.

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