Duhalde firmó los indultos de Gorriarán Merlo y Seineldín

Firmó el decreto de necesidad y urgencia que dispone su libertad, y dijo que «servirá para enterrar una parte dolorosa de nuestro pasado»
[su_note note_color=»#cdcdcd»]El presidente electo Néstor Kirchner reiteró ayer su postura en contra de la decisión de Duhalde al beneficiar con el indulto a Gorriarán Merlo y Seineldín. [/su_note]El presidente Eduardo Duhalde firmó anoche los indultos para el ex líder guerrillero Enrique Gorriarán Merlo y el ex militar «carapintada» Mohamed Alí Seineldín. El perdón presidencial, instrumentado por dos decretos cuyos textos y alcances serán difundidos hoy en la Casa de Gobierno, abarca a los dos condenados a prisión perpetua por delitos contra el sistema democrático y a todos los que participaron del copamiento del Regimiento de La Tablada, en 1989, y en la rebelión carapintada de un año después, con indultos o conmutación de penas, según cada caso. El presidente electo Néstor Kirchner reiteró ayer su postura en contra de la decisión de Duhalde al beneficiar con el indulto a Gorriarán Merlo y Seineldín. «No comparto el sentido de impunidad, por más buena voluntad que haya en estas actitudes. No estoy de acuerdo con este mecanismo de los indultos», enfatizó Kirchner, en conferencia de prensa desde la Casa de Gobierno santacruceña, tras presentar al Gabinete que lo acompañará en su gestión nacional. El perdón a Gorriarán Merlo y Seineldín «es una decisión que toma Duhalde en pleno ejercicio de sus facultades», remarcó. «Tenemos una visión diferente», planteó Kirchner sobre Duhalde, pero restó dramatismo a esa circunstancia. La decisión tomada por Duhalde, a cinco días de dejar el poder, está sustentada en la necesidad de lograr «la pacificación definitiva del país», dijo en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof. «Se trata de un aporte a la pacificación definitiva del país. Es una medida excepcional con la que se cierra un capítulo de una historia oscura de enfrentamientos entre hermanos», justificó el funcionario. «Siempre dijimos que íbamos a gobernar hasta el último día», enfatizó Atanasof, al justificar la decisión del presidente saliente. El funcionario consideró que «en general» la ciudadanía argentina también demandaba un solución de estas características y enmarcó la medida en el fortalecimiento democrático e institucional imperante desde el 27 de abril pasado, hecho que decidió a Duhalde a tomar la decisión. Atanasof expresó su desconocimiento acerca de una conversación previa entre el jefe de Estado y su sucesor, Kirchner, quien se pronunció en contra de la disposición, acerca de la decisión de indultar a los protagonistas de los alzamientos que pusieron en jaque la fortaleza institucional en los primeros seis años de democracia. «Desconozco si hubo una conversación acerca del tema. Esto ha sido una demanda de familiares y amigos (de Gorriarán y de Seineldín) durante bastante tiempo. El Gobierno venía analizando el tema y entendió que éste era el momento oportuno», contestó el funcionario. El jefe de ministros dijo que la administración Duhalde «no tiene ningún temor» sobre eventuales críticas que pueda recibir por los indultos. «No hay ningún temor. En este tiempo los argentinos hemos logrado el fortalecimiento de la democracia y las instituciones. Hoy impera libremente la libertad de expresión, de prensa y están garantizado los derechos humanos. Es el momento oportuno para dar este perdón», manifestó. Atanasof negó, además, que la medida sea, en realidad, un mensaje dirigido a la Corte Suprema de Justicia que tiene que definir sobre la constitucionalidad o no de las leyes de obediencia debida y punto final. «No se trata de ningún mensaje. Se trata de un perdón que pretende ser un aporte a la pacificación definitiva del país», subrayó. La decisión de indultar a Gorriarán Merlo y Seineldín fue dada a conocer el lunes al mediodía por Duhalde, después de un año de analizar la conveniencia de tomar la medida sobre todo por un gobierno de transición. El perdón presidencial y la creación de una nueva empresa estatal de salvataje de las fuentes laborales de la empresa aerocomercial LAPA serán las medidas más fuertes con las que se despide Duhalde de la Casa Rosada. Tanto Seineldín como Gorriarán Merlo cumplen prisión perpetua por sus responsabilidades en el copamiento al cuartel de la Tablada en 1989 y en el alzamiento militar de diciembre de 1990, respectivamente. El ex presidente Carlos Menem estuvo a punto de dar el perdón para ambos, pero finalmente desistió y sobre mediados del año pasado habían corrido fuertes versiones que Duhalde finalmente sería quien les daría el perdón, facultad que la Constitución Nacional reserva a los jefes de Estado. Gorriarán Merlo está preso desde 1995 cuando fue arrestado por la SIDE en México y luego de estar prófugo por varios años. Desde que la Justicia falló en su contra, el ex guerrillero inició su queja por la falta de «una doble instancia, es decir la posibilidad de apelación de la sentencia de acuerdo con los pactos internacionales». Seineldín, en tanto, atentó contra la incipiente democracia y fue condenado a reclusión perpetua por liderar la rebelión carapintada del 3 de diciembre de 1990, motín en el que murieron 13 personas y fueron heridas otras 350. La medida oficial beneficia al ex líder guerrillero del Movimiento Todos por la Patria (MTP) y a otros 16 militantes de esa organización que participaron del ataque al cuartel de La Tablada, ocurrido el 23 de enero de 1989, durante el gobierno de Raúl Alfonsín. En tanto, además de Seineldín, los indultos alcanzaron a otros siete ex carapintadas, precisaron fuentes oficiales. Los ex guerrilleros beneficiados con los indultos, además de Gorriarán Merlo, son Roberto Felicetti, Claudia Acosta, Isabel Fernández, Miguel Angel Aguirre, Gustavo Mesutti, José Moreyra, Carlos Motto, Sergio Paz, Claudio Rodríguez, Claudio Veiga, Luis Díaz, Luis Ramos, Sebastián Ramos, Juan Antonio Puigjané, Ana María Sivori y Dora Molina. Los carapintados que serán indultados son: Mohamed Alí Seineldín, condenado a reclusión perpetua. Oscar Ricardo Vega, Luis Enrique Baraldini, Pedro Mercado y Claudio Segovia, cumplen prisión desde hace 12 años, al igual que Seineldín, en Campo de Mayo. Hugo Abete y Osvaldo Tevere gozan de libertad condicional.

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