El reconocido pintor misionero Bernardo Neumann se encuentra en Sibiu, Rumania, realizando distintas actividades culturales a las cuales fue invitado, y ya visitó museos y monasterios que todavía permanecen intactos a través de los siglos.
El pintor Bernardo Neumann contó vía mail a Misiones On Line explicó «es un viaje a un libro de historia del arte donde la edad media y los coches modernos conviven.
Cualquier pueblo tiene museos repletos de íconos hechos sobre tablas o
detras de vidrio, que datan desde 1.400 hasta el 1.700.
Al escultor Brancuci, se lo nombra con orgullo y existe una plaza donde están sus enormes esculturas, sobresalen «El portal del beso», «La mesa del silencio» y «la columna infinita» en la ciudad de Targu-Jiu». +
Señaló que en Hobita está la casa intacta de Brancusi y un guía amablemente se presta para que la gente conozca algo más sobre el genio del arte mundial.
En el pueblo de Craiova un interesante museo conserva entre sus tesoros más apreciados esculturas de tamaño menor y que de tanto en tanto que se exhiben en distintos museos del mundo la síntesis y la expresividad presentes en tales agníficas obras son sorprendentes.
El artista dijo «pienso en Mademoiselle Pogany, por pocos visto».
El respeto y la higiene es admirable, cualquier estudiante habla tres idiomas, uno de ellos es el español que lo aprenden de las telenovelas subtituladas en rumano, de gran imporancia este medio de comunicación si
se piensa en los 500.000 rumanos qe se encuentran trabajando en España.
Esta ciudad (Sibiu) en el 2007 fue declarada capital cultural de Europa,
está rodeada de los montes Carpatos de unos 2.400 metros,la región se llama Transilvania, atravesados por desfiladeros y valles; por uno de ellos corre el río Olt.
Se conservan castillos y monasterios que le brindan una nota especial a la región.
La comida tradicional es sabrosa. A veces se la acompaña por una bebida fuerte que se llama tsuica, que se destila de los frutos de la región que abundan para esta época.
La amabilidad de la gente es sorprendente con el extranjero.
La piel blanca, la cabellera oscura y uns ojos que el cielo envidia por su transparencia hacen que las mujeres rumanas sean verdaderamente llamativas sin proponérselo.
