El Papa Francisco conmocionó a la comunidad católica con un llamado desde Roma. Habó con Jorge Chichizola, rector de la Madre de la Misericordia
Jorge Chichizola, ahijado del Papa.
El Papa Francisco conmocionó a la comunidad educativa católica con un llamado telefónico desde Roma. Después de dos intentos fallidos, el viernes a las 12:30 se comunicó telefónicamente con el padre Jorge Chichizola, rector de la escuela Madre de la Misericordia y además, el ahijado del nuevo guía de la Iglesia Católica. Mantuvieron una charla y después el mismo Chichizola confirmó la noticia a los chicos. «Mandó bendiciones para todos y pidió que recen por él», contó.
El viernes en horas del mediodía, el estrecho vínculo del padre Jorge Chichizola con el Papa Francisco se trasladó a toda la comunidad y la juventud misionera cuando el pontífice –en una muestra más de su humildad y sencillez- lo llamó para pedir oración y bendecir a los jóvenes.
El padre Chichizola –en diálogo con Radio Libertad y Misiones Online- relató con mucha calidez que Bergoglio realizó personalmente varios intentos para comunicarse con él hasta que logró hacerlo a las 12:30 del viernes. “Llamó a las 6:30 y no había nadie en casa porque suelo salir temprano. Luego llamó a las 8:30, yo no estaba pero lo atendió monseñor Joaquín Piña y le dijo que llamara entre las 12:30 y las 13 que es la hora a la que almorzamos. Así lo hizo y fue enorme la alegría. Era tal la emoción de sentirlo, oírlo hablar, de que hubiera tenido ese gesto de llamar como llamaba antes para saludar, para saber cómo estábamos”, expresó.
Chichizola indicó que el Papa le confesó que nunca imaginó ser elegido y que antes de despedirse realizó su tradicional pedido de oración y bendijo a todos. “Yo le dije que yo tampoco me lo imaginaba. Después, cuando me dijo que rezáramos por él, quedó contento y agradecido porque él siempre, al final de sus mensajes o entrevistas, pide oraciones, pide que recen por él. Y le dije la verdad, que aquí en los colegios que la Compañía de Jesús en Posadas, estábamos rezando por él, chicos y grandes. Así que quedó muy agradecido, hizo el pedido de oraciones y nos bendijo a todos”.
Además destacó la característica humildad y sencillez del pontífice al tener el gesto de llamar personalmente, todas las veces necesarias, y no a través de un secretario.
“Bergoglio siempre fue así: sencillo, humilde. Él nunca ha tenido gestos calculados para quedar bien o gestos políticos. Siempre se ha expresado como es, muestra su corazón, su sensibilidad, su ternura”, dijo.
Una rápida sorpresa
Para el padre Chichizola, la sorpresa del llamado fue más que nada por la prontitud ya que confesó que estaba seguro que el Papa lo llamaría.
“Yo sabía que tarde o temprano iba a llamar, reestablecer los contactos y la comunicación, pero nunca pensé que fuera tan temprano”.
Según consideró, el sumo pontífice envió su bendición a los niños y jóvenes porque quiere mucho a la juventud. “Y lo va a demostrar ahora en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro”, aseguró.
Por último, aunque explicó que nunca discutió el tema con el Papa Francisco -porque los cardenales están llamados a silencio sobre todo lo que ocurre en un cónclave-, el padre Chichizola reveló por qué Bergoglio no quiso ser considerado como candidato al papado en el cónclave anterior y dijo “algún cardenal lo comentó y ahí salió a la luz que Jorge Bergoglio había sido un candidato importante y que él no había querido y de alguna manera se había bajado de la candidatura, porque él quería que el Papa fuera Benedicto. Ahora no sé qué ha pasado, pero como él me decía “esto no me lo esperaba, ni me lo imaginaba””.
Una amistad de cuarenta años
El padre Jorge Chichizola, quien hoy se desempeña como rector de la escuela Madre de la Misericordia, relató que su vínculo con el Papa Francisco constituye una amistad de ya más de 40 años.
Se conocieron en 1971 cuando Chichizola ingresó a la Compañía de Jesús y son amigos desde entonces. Además, luego de doce años en la Compañía, Chichizola eligió a Bergoglio como padrino de ordenación y es su ahijado desde ese momento. “Los sacerdotes cuando nos vamos a ordenar, elegimos un padrino como se hace para otros sacramentos como el bautismo, la confirmación y el matrimonio. Yo lo elegí a él porque fue quien me acompañó desde que entré a la Compañía de Jesús hasta el momento de la ordenación, doce años seguidos. De modo que me parecía que tenía que ser él. Se resistió un poco pero al final consintió y después ya no volvió a tener ningún otro ahijado”, explicó.
