Impactante “Arcano de Viernes Santo” en Posadas

 Más de cien artistas representaron escenas guaraníes y bíblicas. Primero en los canteros y la fuente de la plaza 9 de Julio. Luego todo se concentró frente a la Catedral. El público reconoció la calidad de la obra con una ovación.

 

La plaza 9 de Julio casi a oscuras e iluminada solo con tenues antorchas y un marco notable de público, conformaron un megaescenario especial. Pasadas las 20.30 se ponía en marcha la presentación de Arcano de Viernes Santo.

Imponente y sensibilizadora, la obra interpretada por más de cien artistas terminó como lo mereció: con una ovación de los presentes.

Escenas bíblicas, y rituales y tradiciones de nuestra región guaranítica se fueron sucediendo en este espectáculo organizado por la Municipalidad y la Diócesis de Posadas e interpretado por la Compañía de Arte que dirigen Luis Marinoni y Sebastian Rolón.

Arcano, significa un misterio difícil de resolver. En la inmensa nación guaraní que desde el siglo XVII se mimetiza entre el barroco y el monte virgen, mil y una imágenes surgen desde su gente que vive a flor de piel la religiosidad y su entorno lleno de arte. 

El paso del tiempo como las distintas conquistas culturales, territoriales y lingüísticas, enuncian una nueva voz donde el símbolo religioso se amalgama con el arte barroco y el aborigen transformándose en un torrente híbrido de la mano de la Compañía de San Ignacio de Loyola, vestigios jesuíticos de un tiempo detenido que ha dejado sus huellas.

Resurgen, así, ceremonias y celebraciones de las más pintorescas.

 

La obra

La presentación tuvo dos partes bien marcadas. La primera se desarrolló en distintos sectores de una oscura Plaza 9 de Julio, y de manera simultánea. Solo las antorchas y juegos de luces aportaron la ambientación en los canteros e incluso sobre la fuente de agua. Se representaron tres momentos: el vía crucis, cantos religiosos de la comunidad Mbya guaraní y una situación doliente que se representa a través de seis personajes principales que se mueven a través de la obra y que denominamos “las dolorosas”.

Desde allí los personajes convergieron hacia el escenario montado frente a la Catedral capitalina, dando inicio a la segunda parte.

Allí y durante una hora y media se concentró el resto de la obra. Pasaron distintos actos representando ceremonias guaraníes, la llegada de los jesuitas, y escenas bíblicas, como la Crucifixión, el encuentro de la Virgen con Jesús en la agonía y el Padre Nuestro. También gigantescos cuadros vivientes como el que representa La Última Cena, todo con continuidad y perfecto ensamble.

Al final el público de pie en una colmada Plaza 9 de Julio, descargó una ovación dirigida a los actores, artistas y responsables de la presentación. Un alto reconocimiento para un espectáculo de altura.

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